Los gatos pueden comer queso?

Los gatos pueden comer queso?

Los gatos son animales con un sistema digestivo muy sensible que no toleran demasiado bien muchos alimentos. Sin embargo, muchos gatos caseros también son muy glotones y se pasan el día pidiéndonos comidas y premios. Quizá te has preguntado si los gatos pueden comer queso y, en este artículo vamos a resolverte esa duda.

Ningún gato es igual a otro y debemos entender que el que puedan o no puedan comer queso no solo tiene que ver con su especie. Los gatos, como mamíferos, beben leche materna cuando son cachorros. Para poder hacerlo, desarrollan una enzima llamada lactasa que les permite digerir perfectamente la leche de su madre, aunque no pueden hacerlo de igual forma con la leche comercial de vaca.

Sin embargo, al crecer y dejar de tomar leche materna, el organismo de los mamíferos (incluidos los gatos) deja de producir tanta lactasa. Esto provoca que la digestión de los productos lácteos sea cada vez peor, generando lo que conocemos como intolerancia a la lactosa.

La mayoría de los gatos adultos son intolerantes a la lactosa, por lo que el consumo de productos como la leche, el yogur o el queso puede producirles daños y dolores muy importantes en su aparato digestivo. De hecho, para estos felinos, incluso una pequeña cantidad de leche o queso puede enfermarlos gravemente.

Los gatos pueden comer queso ocasionalmente. Los cachorros una vez destetados pueden desarrollar intolerancia a la lactosa. La leche aunque pueda ser una fuente de nutrientes para aquellos animales que son capaces de tolerarla, en el caso de los gatos la leche no supone un buen alimento en animales destetados.

El problema de las calorías

El queso es un alimento con un aporte calórico altísimo. La mayoría de profesionales recomiendan que las calorías de alimentos que no forman parte de la dieta habitual del gato no superen el 8% o el 10% de su ingesta total.

¿Cuánto queso podría darle a mi gato?

Si tu gato no es intolerante ni alérgico y le encanta el queso, puedes utilizarlo con mucha moderación, como premio en ocasiones muy especiales. En este sentido, hay quesos mejores y peores dependiendo sobre todo de la cantidad de lactosa que contengan.

Los quesos blandos como la mozzarella o los quesos elaborados con leche cruda como el brie, el camembert o el queso azul son terribles para el aparato digestivo del gato y jamás deberían ingerirlos. Por otro lado, otros como el cheddar o el queso suizo contienen unas cantidades mucho más bajas de lactosa, haciéndolos mejores candidatos.

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